sábado, 7 de marzo de 2015

CATÓLICOS DE DOMINGO

Católicos de Domingo

Diác. Carlos Agustín Cázares Mtz., msp

¡Voy a misa cuando me nace…!, católico, católico… más bien creyente, voy a misa porque así me lo inculcó mi madre… Estas y otras frases parecen ser recurrentes entre los bautizados. Sobre todo en quienes se consideran católicos sólo de tradición; sólo de domingo.

El ser católico
Pero, ¿Qué significa ser católico? La respuesta es muy sencilla pero en sí misma conlleva una gran responsabilidad. Empecemos diciendo que el término «Katholikos-Catholicus» –griego y latín respectivamente- significa universal; evoca el sentido abarcante e incluyente de la misión de Jesucristo: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10) y esa vida no es sólo para unos cuantos sino para todos los que se  abran con sinceridad a encontrarse con el Maestro. En Cristo se revela Dios en plenitud, sale a nuestro encuentro con amor (cf. Lc 15, 20); se hace hombre, vive entre nosotros,  nos muestra su gloria abundante en amor y verdad (cf. Jn 1, 14);  nos indica el camino para ser felices (Mt 5, -12) y nos envía a darlo a conocer: «Vayan, pues a la gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que e les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» (Mt 28, 19-20; cf. Mc 16, 14-18; Lc 24, 36-49; Jn 20, 19-23). Por lo tanto podemos concluir esta primera parte diciendo que ser católico es ser bautizado en la Iglesia, ser discípulo-misionero dando testimonio en nuestro diario vivir.

Es una acción de gracias
Ahora bien, si conocemos el verdadero sentido de ser católico, comprenderemos que no sólo debemos ir a escuchar Misa, sino a participar de ella, adentrarnos al misterio de los eterno y gozar de la alegría que nos da alimentarnos de la Palabra y del banquete Eucarístico. NO sólo seamos católicos de domingo, aquellos cristianos de a pie que de ordinario dedican un tiempo para ir a misa porque se sienten obligados a cumplir con el precepto, si no más bien, comprendamos que  la misa es tiempo de Dios, es encuentro con el Dador de la vida, es conmemoración del misterio de nuestra redención; no es una representación sin más; Es el Dios Eterno que viene a la temporalidad del hombre para hacerle comprender el verdadero gozo de tener vida, «pues sólo el que come su carne y bebe su sangre tendrá vida eterna» (cf. Jn 6, 25-59).

Ite missa est

Llamados a cumplir una misión. Cuando la Misa se celebraba en latín la frase de despedida era: ite missa est que significa, a groso modo: vayamos a cumplir nuestra misión. En la liturgia actual hay otra formula de despedida que bien resume lo que hemos de hacer después de celebrar: «vayamos a vivir lo que aquí hemos celebrado». No debemos nunca disociar nuestra fe y nuestras obras, deben siempre estar en sintonía. Demostrar que se es cristiano católico siempre y en cada momento, no sólo un día  a la semana, sino que en medio de las preocupaciones de la vida, Dios siempre se interesa en nosotros (cf. 1P 5, 7). Ser cristiano es ser católico, vivamos con constancia lo que profesamos. 

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